Como consecuencia de esta conmoción, se espera que la industria manufacturera posterior a la COVID-19 experimente un cambio de paradigma tanto en términos de localización como de métodos de producción.
Una de las principales preocupaciones será la seguridad de los trabajadores, que se sumará a otros factores a los que ya se presta atención, como la rentabilidad y los beneficios de las empresas.
Algunos economistas, en un artículo publicado el 19 de abril de 2020, declararon al periódico Boston Herald que muchas empresas estadounidenses están considerando la posibilidad de retirar la producción de China y traerla de vuelta a EE.UU., al considerar tal medida como una condición previa para reactivar la economía afectada por el coronavirus. Devolver parte de la fabricación a EE.UU. supondría un beneficio económico para el país y estaría en consonancia con un concepto de seguridad nacional que tiene presente la posibilidad de futuras pandemias y nuevas crisis del sistema sanitario.
"Con respecto a este "acontecimiento del cisne negro", creo que la buena noticia será que volverá más fabricación a Estados Unidos, lo que hará que la gente vuelva a trabajar", afirmó la profesora Nada Sanders, de la Escuela de Negocios D'Amore-McKim de la Universidad Northeastern. Los préstamos a bajo interés y los incentivos fiscales del gobierno federal animarían a las empresas a trasladar la producción de China a Estados Unidos, añadió Sanders.
La automatización será un componente clave del esfuerzo de revitalización de la industria manufacturera estadounidense. Las anteriores tendencias de deslocalización también se han visto impulsadas por la búsqueda de menores costes laborales y mayor productividad. Dado el aumento de la productividad que permiten la automatización y la robótica y el crecimiento de los salarios en China y en muchos otros países, resulta más barato o incluso más eficiente devolver a casa algunas de las actividades deslocalizadas. La producción automatizada no disminuirá necesariamente la demanda de mano de obra poco cualificada, pero creará nuevos puestos de trabajo y oportunidades para los expertos en digitalización.
En algunos casos, esto sucederá mediante el uso de tecnologías avanzadas y maquinaria de automatización. Tenemos un ejemplo del año pasado, cuando Amazon empezó a utilizar maquinaria italiana en decenas de sus almacenes para el envasado sin contacto, una característica clave de la industria manufacturera posterior a COVID-19. Las máquinas las fabrica la empresa italiana CMC Srl con el nombre de CartonWrap, pueden empaquetar hasta 900 cajas por hora y solo necesitan dos operarios, uno para cargar los pedidos de los clientes y otro para almacenar el pegamento y el cartón.
"La COVID-19 ha alterado fundamentalmente nuestro concepto de lo normal", dijo Marina Gorbis, directora ejecutiva de The Institute For the Future, un centro de investigación con sede en Silicon Valley, a los micrófonos de ABC News en abril de 2020, "y solo estamos en la fase 1 de la crisis, la 'Reacción', a la que seguirá la fase 2, el 'Reinicio', cuando situemos la crisis en una perspectiva más amplia y le asignemos un significado. Por último viene la fase 3, la "Reinvención". Si podemos aprender algo de esta crisis, es que la fase 3 debe incluir la creación de nuevos sistemas que recompensen e incentiven el pensamiento y la acción a largo plazo".
Como demuestra la industria de la impresión 3D, la fase de "reinvención" ya está en marcha, y las empresas estadounidenses del sector han estado trabajando con universidades locales para abordar la crisis provocada por COVID-19. Creative Tangible, que cuenta con 100 impresoras 3D en su almacén de Newark (Nueva Jersey), junto con su competidor MakerBot, con sede en Brooklyn, y la Universidad de Columbia, ha creado la coalición COVID Makers Response. El grupo imprime actualmente unas 2.000 mascarillas al día, que voluntarios de Manhattan ensamblan y envían a más de 30 hospitales de la zona. La metodología de código abierto también podría ayudar a reforzar este tipo de sistema de producción, puesto que ya existe una enorme red de impresoras 3D en todo el país.
De hecho, según un informe publicado en 2019 por la Federación de Científicos Estadounidenses, solo en Estados Unidos se vendieron casi 600.000 impresoras 3D en 2018 por menos de 5.000 dólares. Tangible Creative, HP y Shapeways han puesto sus archivos de diseño a disposición de cualquiera. "No necesitas un molde", dijo Eugene Chang, cofundador de Tangible y director de diseño industrial. "Recibirás un archivo digital que podrás imprimir pulsando el botón 'imprimir', igual que haces con el correo electrónico utilizando impresoras 2D".
Otra ventaja de las tecnologías que dependen en gran medida de la automatización es que ayudan a estabilizar la productividad, la producción y las ventas. Esto beneficia a todos, incluidos directivos y empleados, que pueden superar más fácilmente las emergencias, incluidas las provocadas por Covid-19.
La historia nos enseña que las medidas a corto plazo adoptadas en respuesta a las crisis mundiales conducen a cambios que duran décadas; lo que la mayoría de nosotros considerábamos normal ya ha empezado a cambiar drásticamente. Comprender los nuevos paradigmas y actuar en consecuencia brindará amplias oportunidades de crecimiento; fabricantes y proveedores de servicios como los mencionados anteriormente, es decir, CMC, Tangible Creative y Amazon, pueden considerarse ejemplos a seguir en esta dirección.