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Clon de Los tiempos que corren....México
Covid-19 ha afectado a todo el mundo y no perdonó a la industria manufacturera. Sin embargo, sorprendentemente, muchas empresas se han adaptado a estas circunstancias cambiantes comprendiendo que la evolución es y siempre ha sido la única constante en su línea de negocio.
México, con una extensión territorial de más de 1,9 millones de km2, es el decimocuarto país en extensión, y está estratégicamente posicionado como puerta de entrada a los mercados de América del Norte y América Central y del Sur. Su República Federal se compone de 32 estados, con altas concentraciones de actividades económicas dentro de sus tres principales áreas metropolitanas.

 Según CONCAMIN (Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos), la región Bajío-Centro Occidente está a la vanguardia del desarrollo industrial de México y su transición a la nueva era de la digitalización y  la industria 4.0 o como diríamos aquí en México, una transición de la manufactura a la mentefattura o "mind-manufacturing". 
El gobierno federal y las jurisdicciones locales se esfuerzan por reiniciar el crecimiento económico del país para generar los empleos que su población requiere y el bienestar que aspira alcanzar. Sin embargo, es importante recordar,
; que no puede haber crecimiento sin inversiones y que no habrá inversiones sin buena fe.
El pasado mes de junio, se permitió a las empresas manufactureras reanudar plenamente sus operaciones.  Esto ocurrió sin grandes sobresaltos para el sistema.  Las cadenas mundiales de suministro, sin embargo, sufrieron el impacto de medidas y políticas restrictivas no homogéneas que fueron puestas en marcha por diferentes países con el fin de contener la propagación del COVID-19. La sensibilidad de las cadenas de suministro globales a eventos disruptivos de tal magnitud es una de las lecciones importantes que ha aprendido la industria manufacturera en México, Norteamérica, Italia y Europa. Sectores como el automotriz, aeroespacial, farmacéutico, electrónico, textil, calzado, minero y otros relacionados se han caracterizado por tener un alto grado de integración global mientras que sus cadenas de suministro han estado  expuestas a riesgos disruptivos de alto nivel.
El acuerdo comercial T-MEC conocido como USMCA en EUA y CUSMA en Canadá, será bueno para México si el país aprende  a aprovechar las nuevas oportunidades. Para que la industria mexicana se beneficie del acuerdo, el gobierno tiene que promulgar políticas que fomenten la innovación, la digitalización de las pymes, la inclusión en las cadenas de suministro de América del Norte, el desarrollo de mano de obra calificada y la inversión fiscal en estas infraestructuras.
El T-MEC actualiza y moderniza lo que antes se conocía como TLCAN, permitiendo que el mercado conjunto capitalice las experiencias que se han tenido en el último cuarto de siglo. México seguramente logrará aprovechar esta evolución de la asociación económica de América del Norte que permitirá que esta nueva herramienta le ayude a impulsar una mayor industrialización de todos los países miembros y una mayor integración entre ellos.
Habrá retos.
Entre ellos destacan los que plantea la rápida evolución de la industria dentro de las economías del mundo desarrollado que avanzan de lleno hacia la digitalización (IIOT, robotización y automatización, IA), el cambio de sus modelos energéticos que exigen sustentabilidad y conservación del medio ambiente, por mencionar sólo algunos.

 De acuerdo con Lorenzo D. Berho, Presidente de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), "...Al inicio de este periodo había mucha confusión en el sector, con la expectativa de entender Qué era (COVID-19). Sin embargo, después de tres o cuatro meses de crisis sanitaria, nos dimos cuenta de lo resistente que es el sector manufacturero ". Desde su punto de vista, Lorenzo D. Berho considera que el sector manufacturero seguirá siendo el motor más importante de la economía mexicana, por lo que el sector inmobiliario industrial también seguirá creciendo. Sobre todo ahora que la economía se apoya en diversos sectores -lo que constituye una oportunidad- como la minería, la energía, el turismo, la manufactura y los componentes agroindustriales. Sin olvidar aquellos sectores de servicios como la logística y el comercio electrónico.
Finalmente, Berho destaca que "en el ámbito de la producción de bienes nuestro país ha hecho un excelente trabajo en los últimos años, pero es quizá en este momento cuando se presenta la mejor oportunidad para que este sector sea el más relevante en el futuro de México. No sólo en el corto plazo, sino también en el mediano y largo plazo. De nosotros depende saber aprovechar esta oportunidad". 
En resumen, utilizando la famosa canción, The Times They Are Changing, México y su economía están definitivamente bien posicionados para un futuro mejor y más robusto.